Se perfila un paisaje de olas
en el mar de mis anhelos
y una voz vacía me llama
por mi nombre secreto...
Ya no se abren las puertas al cielo
(que eran tus ojos mirando mi pelo)
ya no te escucho palabras de verso...
Tu boca se duerme,
abandona mi lecho...
Hueca la ausencia de ti, que eres tesoro.
Lánguida tristeza esboza un piano...
y entre sus notas
(que hieren cual dientes afilados)
(que hieren cual dientes afilados)
surge una herida eterna...
Soledad de tu presencia:
que no es sino tu ausencia...
acostumbrada a ella,
perece ahora mi alma entera.
Largo destino le espera...
perece ahora mi alma entera.
Largo destino le espera...
Largo también es el camino
que el viento hizo,
durante mil años,
que el viento hizo,
durante mil años,
sobre el agua pacífica
de tus dulces manos.
Largo camino
el del viento
de mis cabellos solitarios...
Viento embrujado,
silencio amargo,
ausencia de ti,
y de tus ojos claros.