au creux de ...poète.

Esta página contiene poemas, creados por su autora Alejandra Prats Muñoz de Laborde

domingo, 30 de junio de 2013

Poema 93. La verja del jardín

De la noche fría,
al tras luz de estas páginas de mi vida,
encuentro hoy un vago sueño...

Duermo cuando tú caminas,
o duermes tú
y se desperezan mis días.

Y así se han pasado los años...
en que tú me decías,
que el mundo es lejano,
que un día te reencontraría.

¿Que todo se perdió una noche?

Las distancias se estrechan
y el destino ...
anda escrito en las líneas de nuestras manos.

No harán falta palabras.
Se puede no decir nada
y decirlo todo
con una simple mirada.

Crece la hierba desde esa noche
en que te apartaba
tras la verja cerrada.

Las raíces poco profundas de alguna herida 
sueltan hoy sus amarras.

Y en esta tierra que no nos enriquece
conservas la huella de mi mano en tu brazo.
Yo aún tengo tu voz ...
y te intuyo.

-De la noche fría
un aire callado,
se adentró un largo rato.
Y el alma triste
de mi corazón amarrado
te estuvo buscando...
pero ya te habías marchado.

-Atrapábamos en la noche última, única,
cercanos los labios,
un beso escondido
que no supimos darnos.

-Las calles nos escucharon
y nos engañaron,
Trazaron un regreso
mucho más largo...
Y todos estos años
hasta el fin
hemos seguido caminando
¿A qué esperamos?

-Hoy aún en sueños perdidos
escucho cerrarse la verja,
que en su chirrido asesino
lanzó un adiós
¿mató un olvido?

Sabes que jamás te olvido...

¿Qué tiene escrito el libro
de nuestro destino?

jueves, 20 de junio de 2013

Poema 92. Me faltan manos para tocarte

Me faltan manos para tocarte.
Me faltan bocas para besarte.

Te arranco un gemido
y en tu boca se hace un suspiro.
Respiro en tu aliento...

Quiero que rasgues con tu lengua
mi piel dormida.
Que me atravieses con tus quejas
mientras se envenena tu sangre en mis venas.

Cógeme en peso.
Yo besaré tu pelo revuelto
te despeino...

Rompe mi voz en tu garganta.
Quiebra tu suspiro enfurecido.
Rasga mi vestido de pudor.
Duerme al filo
de mi noche de besos...

¡Absórbeme el alma!

Clavaría mis uñas en tu mirada,
cuando navega perdida por mi cuerpo,
los días que siento que me engañas...

¿Qué piensan ahora
tus mudas palabras?

Las sombras de tus besos
amargan mis labios...
¡Cuántas tormentas desatas!

Sabes que me matas...

Me empachas,
abrochas, desnudas
¿Abrazas?

Morirían mis manos
en tu cuello perfecto.
Buscando, tal vez,
un poco de tu afecto...

Ya sabes que a veces
no te comprendo...

Bésame o muérdeme
esta pena que siento.

Destroza mis sentidos
con un lento beso.

Abandóname, luego
muerta de deseo.

jueves, 13 de junio de 2013

Poema 91. Sueños


Era la mañana gris,
el sueño seguía ahí,
aún recuerdo esos últimos momentos
dormidos.

Por mis ojos se fugaban
todos ellos como vividos.
Como un rayo de sol
contra unos ojos cristalinos.

Terrorífico, no el sueño,
sino el verlo así:
nítido, claro, cuerdo.
Pudo haber sido cierto.

Yo no hablaba,
Sólo te observaba,
y sin embargo me contestabas
y tu respuesta no eran palabras...
fueron miradas de un instante.

Se me quedaron clavadas...

Así, durante la noche,
mi imaginación rodaba...
hasta crear la historia que,
en sueños
-que ojalá no lo fueran,
pero lo fueron...-
vi correr
mientras mi cabeza
se apoyaba en la almohada.

Yo despierto ahora,
con una necesidad desesperada
de continuar este sueño
que amanece incompleto.

Despierta tú,
y dime
¿cómo acaba?

lunes, 10 de junio de 2013

Poema 90. Ese avión de estela blanca, ese cielo azul y nada.

El avión en el cielo 
me descubrió,
lo sólas que pasaban las tardes 
por mis manos...

El desperdicio del sol de la primavera 
y del verano.
Y de los días de viento que hacen 
tanto daño.
Tu visión fugaz 
me descubrió un silencio...

Y tú,  y ese avión,
me recordais: la soledad de mis tardes,
la oscuridad de mis noches,
los amaneceres perdidos 
detrás de persianas echadas,
de visillos dormidos...

Ese avión de estela blanca.
Ese cielo azul y nada.
Esa paz y fresca tarde.
Me abrazan.
Como tú jamás me abrazabas...

Y era él, al que dejé, 
el que me abrazaba.

Era él al que maté su alma,
el que me escuchaba.
Erá él al que esperaba y 
ya ahora siento que se marcha.
Siento que se escapa...

No duermo por las noches 
de tan pesada carga.
Sóla y triste a veces recuerdo 
cuando él me miraba...

Nunca me amó tanto, 
eso es cierto,
Pero sí según él, 
y con eso me conformaba...

Una noche de un casi marzo
lloré un error y lloré el frío.
Lloré por su abrazo,
que fué tan mío...

Un destino roto y marchito
nos dijo adiós a mí y al amor mío.

Dijo vuela 
y volé. 
Le dije adiós
y él se fue.

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