De ojos cansados de mirar
y no ver...
Surge una luz alejada...
Las manos fatigadas
de no alcanzar nada
sienten de pronto una brisa:
próxima, cercana
¿Volverán mis labios a tocar
tus palabras?
Entretanto…
Latido del alma....
Viento.
Encrucijada...
Horizonte.
Muda gana.
Ansia apaciguada.
Enfurecida mirada.
Espera y después, reproche.
Y de nuevo
nada.
Se hace de noche.
Y el mar callado
golpea mi pecho,
con su ola de espejos negros.
Y me despierto.
Desilusión.
Descorazón.
Desasosiego.
Y en un aire quieto,
flota un murmullo que no comprendo.
Y no llega nunca, a escucharse un te quiero.
Y se esfuman todos, los buenos tiempos.
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