y dejas amarga y sóla la hora
de mi voz dormida.
Te apartas hoy que te esperé.
Sé que volverás mañana,
cuando ya te olvidaba.
Cuando tu día comience
y las luces del alba
despierten en tus pestañas,
me traerás todos los sueños que imaginaba.
Así pasan los días
en que mis ansias se apagan.
Pasaron años entre encrucijadas...
Hoy, después de un par de velas ahogadas,
después de alguna noche desvelada,
vendrás buscando reposo en mi alma,
devorada por el fuego de tus palabras,
de tu esencia y tu ausencia,
te tu boca lejana,
te tu carcajada enamorada.
Te intuí en el sol de las montañas,
en amaneceres perdidos farfullantes de esclavizadas palabras,
en los vientos que tus ojos cruzaban, te intuía.
Te intuyo hoy,
Y te pido, mientras,
espérame al menos hasta mañana.
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