Sentir el calor del sol
al tenerte a mi lado.
Saborear cerezas
al besar tus labios.
Virar en tu busca
y crecer en tus campos.
Besar la tierra de tus manos.
Rodar por tu cuerpo de mármol
como en los sueños
que tanto he soñado.
Quiero pacer en tus ojos
en tardes de siesta y pereza.
Unir tu mente a la mía
cuando el viento inunde el aire
y vuelva sordas las palabras
que se tejían en silencio
llegadas las tardes .
Quiero que las sombras,
de algunos ecos de marzo,
cubran todas esas calles
por las que todo este tiempo
te he estado buscando.
Abril fue un huracán que me atrapó.
Desconcertada llegó mayo.
Llenó de fortunas inesperadas
Llenó de fortunas inesperadas
mis bolsillos rotos
y esquivó algunos desengaños.
Dejé que entrara el verano,
haciendo señas a esos ojos tuyos
lejanos y pausados,
de miel tibia y pupilas de dardo.
Sé que me traerán la paz de los prados
y el éxtasis de un verano de sal
y el éxtasis de un verano de sal
y de rayos de sol desbocados.
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