A tientas, busco la luz
y se destruyen caricias que se apagan...
Mientras un último suspiro cierra la puerta
y abre la ventana al lamento encendido
de tu alma despiadada
Rasgada, aspiraba mi conciencia,
en la penumbra silenciosa, después de varias letras,
a escribirte un verso triste de poeta...
más no quisieron mis dedos
obsequiarte con algo tan bello
La pluma lloraba.
El ángel la consolaba.
Y entre las briznas, de hierba seca,
el viento cantaba al arco iris,
una canción de fortaleza
el viento cantaba al arco iris,
una canción de fortaleza
Muy cierto lo que dices. El canto de la poesía es el único que fortalece el alma. Y como siempre me dice el poeta oculto ¿dónde se ha visto un poeta contento? Si la pluma no llora no salen cosas así de bonitas.
ResponderEliminarRaquel M.E.