Lluvia, la tierra te recibe
y los ecos plomizos del aire húmedo
y los ecos plomizos del aire húmedo
juegan a escucharte…
Cada una de tus perlas ruedan hasta mi alma,
como para refugiarse del largo suelo
se encogen y se pierden entre el murmullo del viento,
murmuran dentro del alma, murmullo lento….
Son flores de cristal que del cielo caen,
y quiebran…
y un metal se rompe en ruido mudo
que sólo las hadas oyen…
que sólo las hadas oyen…
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